Aprendí a amar
mi cuerpo.
a aceptar sin
ira sus límites
a aceptarle
cada día en sus cambios
a amar su
reflejo en el espejo.
Aprendí a amar
mi cuerpo
cuando duele
cuando el
corazón palpita acelerado
cuando está
extenuado.
Aprendí a
aceptarle
también a
escucharle
a interrogarle
en mis
proyectos integrarle.
Aprendí a
escuchar las sensaciones
escondidas en
sus células
voces de
sentimientos ahogados
en las
moléculas perdidos
al final liberados, expresados,
sanados.
Él me enseña a
colaborar
a vivir en el
presente
a no forzar y
fluir
él me enseña a
amar.
Él ha enseñado
a mi mente rebelde
a no ser tan
independiente,
le ha
recordado que hay una unidad
en la cual el
Universo basado está.